La
Torre del Conde de
La Gomera es la principal seña de identidad, el icono, de
San Sebastián, la capital de la isla. Actualmente, la torre se yergue aislada, pero hace siglos era tan solo una parte de un conjunto de
edificios mucho mayor. La Torre del Conde es una construcción defensiva, y existe constancia de que sirvió de
refugio. Sin embargo, por sí sola, la torre no hubiese podido soportar un asedio de más de unos cuantos días, aunque solo fuera por la carencia de
agua potable. La lógica lleva a pensar que debieron existir otros edificios, y son visibles en dos de las paredes de la torre las huellas de que formó parte de una estructura mayor. Esas muestras indican que hubo dos alineaciones de edificios, una en la parte noroeste y otra en la sudoeste de la torre.