Con las erupciones volcánicas del siglo XVIII,
caseríos como
Santa Catalina, hoy Timanfaya, fueron sepultados. Sus habitantes se refugiaron en el fértil
valle donde hoy se encuentra la población, y como recuerdo a su pasado consagraron la
ermita a Santa Catalina. Por la configuración del
pueblo, vemos
Los Valles de Arriba y Los Valles de Abajo.