"Las Casitas de Órzola" es un pueblo marino que se halla en el último extremo norte de la isla de Lanzarote.

"Los Cortijos de Órzola" es una aldea interior (dependiente de la anterior) situada a unos dos kilómetros tierra adentro, tomando como punto de referencia "Las Casitas".

Ambas localidades pertenecen y dependen del Ayuntamiento de Haría.

El único monumento "artificial" es la iglesia, de reciente construcción (siglo XX). Quedan algunas casas antiguas, hechas de piedra volcánica, que pueden considerarse como auténticos monumentos etnográficos (destaca la casa de Francisco Curbelo (siglo XIX) y las ruinas de la de Isidoro Curbelo (construida hacia 1920).

En cuanto a los monumentos naturales, destaca todo el pueblo en su conjunto, ya que éste está asentado directamente sobre la lava volcánica, sus playas y las vistas a los islotes (archipiélago chinijo). El pueblo se encuentra dentro del Parque Natural Protegido del Malpaís del Volcán de la Corona, y éste a su vez, en la Reserva de la Biosfera en que se constituye la isla entera.

En Agosto, tienen lugar las fiestas de Santa Rosa. En ellas se quema al "Quevedo", una representación humana hecha de paja y vestida con prendas masculinas.

Ambos caseríos estuvieron siempre muy aislados, con lo cual se dan unas ciertas peculiaridades en sus costumbres, lenguaje, gastronomía, etc. La vida gira en torno a la pesca, destacando las "salemas jareadas", pescado secado al sol para posterior consumo (como forma de conservar los excedentes).

La agricultura gira en torno a pequeños "viñedos enarenados". Cada viñedo se planta en un agujero en el suelo y cada uno de ellos lleva un muro de piedra en la dirección del viento, para protegerlo. El suelo se cubre con piedra volcánica negra (lapilli) para que se cuele el rocio nocturno y el sol diurno no pueda evaporar las únicas aguas que los viñedos reciben. Además se da la calabaza, la sandía y ciertas legumbres, como el chícharo (especie autóctona).

Se desconocen muchos aspectos de la historia de ambos caseríos. Se creen ya poblados en la época previa a la conquista, ya que parece ser que existen restos primitivos indígenas de los antiguos habitantes de la isla (como corrales de piedra). En cuanto a su fundación moderna, el hecho va ligado a los apellidos que aún hoy existen en el pueblo: se presume como fundador a Vicente Curbelo Delgado o Salgado en el siglo XIX.

Hay en "Las Casitas de Órzola" algunos apartamentos, bares y restaurantes, pero es inusual allí la práctica de Turismo Rural. Lo común son visitas de un día, o visitas de paso para coger el barco a la Isla de la Graciosa.

"Los Cortijos de Órzola" carece absolutamente de cualquier infraestructura hostelera, de alojamiento, etc.