Sobre
Canarias. La Leyenda de Guayota, el dios maligno. CARMEN MARQUEZ LEYENDAS -Guayota el maligno vivía dentro del gran Echeyde y desde allí, por la boca del volcán, lanzaba lava y cenizas amenazadoras cada cierto tiempo para recordar su presencia. Echeyde era, además, un
camino abierto hasta el mismísimo infierno. Cuando Guayota salía de su guarida adoptaba la forma de un fiero perro negro e iba acompañado de los Tibicenas, sus hijos, también encarnados en perros oscuros. Guayota osó un día raptar al mismísimo dios Magec, el dios del sol, de la luz, para los guanches, y lo llevó hasta el interior de la
montaña, no permitiéndole escapar y haciéndose súbitamente de
noche en todas las islas. Aprovecharon esos momentos de oscuridad los Tibicenas merodear por los
campos y devorar al indefenso
ganado. Los atemorizados aborígenes de
Tenerife acudieron a Achamán, el dios de los
cielos, el dios más importante del mundo guanche. Le pidieron entre súplicas que se apiadara de ellos y que los ayudara a vencer al mal. Achamán se compadeció de sus fieles servidores y comenzó lo que sería una lucha encarnizada contra Guayota.