Esta
ermita fue construida en el siglo XVI por los vecinos de
Buenavista del Norte, adoptando como imagen titular a
San Sebastián. A pesar de ser uno de los principales oratorios vecinales, llegó a estar muy deteriorada e incluso intentó derribarse, hasta que fue reedificada con sencillez en el siglo XIX por los propios fieles. La
casa del Conde de las Siete
Fuentes es no sólo la más antigua de la localidad, se remonta a la época de la conquista de
Canarias, sino una de las más importantes de toda la isla de
Tenerife. El conde murió sin descendencia en 1993 y el titulo pasará a un familiar, pero el
palacio, con todo lo que de valor encierra, lo dejó en testamento al obispado de La
Laguna. El
edificio, casi un
museo, con espaciosas habitaciones llenas de cuadros y muebles antiguos, lo cuida Cesar, un agradable hombre mayor que no pone inconveniente en enseñarlo. Buenavista es la última población del noroeste de la isla y, a pesar de las nuevas construcciones, conserva
miradores de madera con
puertas talladas y la
iglesia de la
Virgen de los Remedios, patrona de la localidad.