Se trata de una
torre cilíndrica que seguía la tipología normalizada que imperaba en el diseño de los
faros de la década de los 70 del siglo XX, construida en hormigón armado y pintada a franjas blancas y rojas, situado junto al antiguo
faro. La construcción del primitivo faro de Punta de Teno, proyectado por José Sanz Soler, se aprobó en 1889 pero no darían comienzo hasta el 15 de abril de 1891, extendiéndose las obras hasta el 15 de marzo de 1893. Hubo que esperar cuatro años más para su entrada en funcionamiento, que no tuvo lugar hasta el 7 de octubre de 1897. Como los faros de la época, constaba de un
edificio de una planta en
piedra de cantería labrada, con las viviendas de pequeñas dimensiones pero suficientes para alojar a dos torreros con sus respetivas
familias, que disponían de
comedor, dormitorio, cocina y baño, todo ello organizada alrededor de un
patio, además de la oficina, habitaciones para el personal de inspección, almacén y cuarto de acumuladores.