Los menceyes eran la máxima autoridad de la jerarquizada sociedad guanche, ostentando el poder absoluto en lo civil, religioso y
militar. Todo el territorio y sus recursos eran propiedad del mencey, que lo repartía entre la población en consideración a la categoría social y los servicios prestados.
La sucesión era fraternal, es decir, cuando un mencey moría heredaba su hermano, y así hasta que, acabada la línea lateral, volvía el cargo al hijo mayor del primer hermano. Cuando el mencey era elegido
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