Para el historiador Tomás Arias Marín de Cubas, Bencomo tenía al morir «casi o más de setenta años», por lo que su nacimiento se habría producido en torno al año 1425. En el momento que precede a la conquista, la isla de
Tenerife se hallaba en un conflicto entre los distintos menceyatos. Bencomo pretendía constituir un poder hegemónico en toda la isla, lo que produjo un enfrentamiento con los menceyatos del sur, de menor riqueza ecológica. La presencia europea en las islas había ido acelerando un proceso de progresiva complejización en la organización del poder, tendente a una mayor jerarquización. A la llegada del
ejército conquistador al mando de Alonso Fernández de
Lugo en mayo de 1494, Bencomo se aprestó a rechazar la invasión desde un primer momento. Poco después del desembarco en Añazo, Lugo se desplazó a la
Laguna, donde lo esperaba el mencey de Taoro con numerosos guerreros. Allí se entabló parlamento, ofreciendo Lugo, según algunos historiadores,
amistad, conversión al cristianismo y sometimiento a los Reyes Católicos. Bencomo aceptó lo primero, se extrañó de lo segundo y se ofendió por lo tercero, resultando enemigas ambas partes. Benchomo se retiró a su territorio, donde recabó la ayuda de los demás menceyes de la isla, uniéndosele los de Tegueste, Tacoronte, Icod y Daute, formando así los bandos de guerra. Bencomo dirigiría en persona los enfrentamientos consiguientes, destacándose la conocida como
Matanza de Acentejo a finales de ese mes de mayo. El mencey planeó cercar a los castellanos en el barranco de Acentejo, enviando a su hermano Tinguaro con trescientos guerreros por los altos de la zona para partir el ejército conquistador en dos, estando él mismo al frente del grueso de las fuerzas guanches que atacarían la vanguardia. De esta batalla resultaron terriblemente derrotados los conquistadores, teniendo Lugo que retirarse de la isla. En 1495 regresan los conquistadores, y Bencomo vuelve a reunir sus fuerzas para enfrentarse nuevamente a la invasión. El 14 de noviembre tuvo lugar la conocida como batalla de la Laguna. Según los historiadores, Bencomo, crecido por la anterior victoria, planteó hacer frente a los conquistadores en las llanuras próximas a la Laguna, enviando a su vez a trescientos o cuatrocientos guerreros inadvertidamente hacia Añazo por el barranco de Tahodio para que cortaran la retirada de las tropas castellanas. 1 El mencey ordenó entonces sus fuerzas en tres partes: el centro, dirigido por él mismo, el ala derecha, por Acaimo de Tacoronte, y el ala izquierda por Tinguaro. Después de horas de refriega, se impusieron los conquistadores, resultando malherido el propio mencey Bencomo, que moriría en el
campo de batalla. 1 Sin embargo, su muerte y la de su hermano Tinguaro se superponen en algunos historiadores e igualmente se pone en duda el nombre del soldado responsable de su caída.