Junto a los menceyes de Abona y
Güímar, Pelinor pactó paces hacia 1490 con Pedro de Vera, gobernador de
Gran Canaria, ratificándolas con Alonso Fernández de
Lugo al inicio de la conquista en 1494. Una vez dada por concluida la contienda, Pelinor fue el único mencey que no fue llevado a
España para ser presentado ante los Reyes Católicos. Como mencey de bando de paces que apoyó activamente a los conquistadores, fue ampliamente recompensado por el nuevo Adelantado. Recibió en repartimiento todo el
valle de Masca, así como 30 fanegas de tierra con
aguas en el «
río de Chasna» (valle de
San Lorenzo) y otras 100 en el valle de Santiago, ambos lotes en sus antiguos dominios de Adeje. Además, los genealogistas consideran que se le concedió un
escudo de armas. Sin embargo, esta condición de guanche de las paces no lo libró de sufrir injusticias por parte de los conquistadores. Hacia 1499 una hija del mencey fue violada por el teniente de gobernador Jerónimo de Valdés, sobrino de Alonso Fernández de Lugo, y hacia 1504 Pelinor elevó quejas a la Corte a causa de
ganados que le había robado el Adelantado. En 1508 la Corona condenó a Alonso de Lugo a pagar 40.000 maravedís a los hijos del mencey. Pelinor murió hacia 1505. El historiador Juan Bethencourt Alfonso aporta otros datos sobre el mencey, indicando que estaba muy considerado por los conquistadores, que había fijado su residencia en Masca después de la conquista, y que posiblemente muriera en Berbería en una de las entradas organizadas por Alonso Fernández de Lugo.