La edificación anexa, de
arquitectura tradicional canaria sencilla, es de planta cuadrangular y de unos diez metros de altura, con
tejado a cuatro
aguas de teja árabe. El techo interior es de madera con artesonado de forma octogonal. La
portada está formada por
arcos de medio punto de cantería, existiendo dos entradas orientadas una al este y la otra al norte. A ambos lados de las
puertas se encuentran dos
ventanales. En el interior de la
ermita se halla una pequeña talla en madera de
san Blas de Sebaste, ubicada en una
hornacina adosada a la pared. En el
altar mayor fue colocada en el año 2000 sobre un pedestal una réplica en bronce de la imagen original de la
virgen de
Candelaria realizada por el güimarero Ángel Bermúdez, y que fue bendecida por el obispo Felipe Fernández García el 13 de agosto de dicho año. La
cueva y el entorno próximo eran utilizados desde época aborigen, cuya llegada a la isla ha podido datarse en torno al siglo vi a. C. Según Fray Alonso de Espinosa, la cueva, que quedaba enmarcada en la demarcación territorial de
Güímar, era utilizada por los guanches como lugar para el ordeño del
ganado y era denominada en lengua aborigen Achbinico, que algunos autores traducen como 'el lugar del trasquilo' o 'he aquí el derrame'