Desde el traslado de la
Virgen de
Candelaria a la
Cueva de Achbinico, varios han sido los templos que han custodiado a la imagen de la patrona canaria. Así, el primer gran
santuario en honor a la virgen morenita fue impulsado por el obispo de
Canarias, Bartolomé García Ximénez Rabadán en 1668 y concluido en 1672. Era un
edificio amplio y de tres naves con una alta
torre, dicho templo desapareció como consecuencia de un incendio acaecido el 15 de febrero de 1789. Bartolomé García Ximénez Rabadán fue obispo de Canarias entre 1665-1690. Fue el segundo obispo con un pontificado más largo en esta diócesis, tras Antonio Pildain y Zapiain. Los frailes dominicos iniciaron la reconstrucción del templo y del
convento de forma inmediata, trasladando provisionalmente a la virgen a un ala del convento en 1803, a la espera de concluir el nuevo santuario. Pero en 1819 se paralizan los trabajos por falta de fondos.