En cuanto a la orfebrería, el elemento más destacado del templo en este respecto es el trono procesional de baldaquino de
Santa Ana, realizado enteramente en plata. El mismo fue realizado en
Sevilla en 2010, en los talleres de orfebrería andaluza Hermanos de Los
Ríos y puede ser contemplado durante todo el año expuesto en una urna de cristal en el lateral frente a la
puerta principal del templo. La orfebrería es el trabajo
artístico realizado por orfebres u orives con metales preciosos, o aleaciones de ellos. El término orfebre procede del francés orfèvre [aurifaber ‘artífice’], y este a su vez tiene raíz latina en auri ‘oro’ y faber ‘arquitecto’, o bien del verbo latino facĕre ‘hacer, realizar’. Los metales labrados por el artesano son la plata y el oro o metales preciosos, o síntesis como el electro.
El baldaquino es una especie de templete formado por cuatro
columnas que sostienen una
cúpula o dosel plano, destinado a cobijar el
altar cuando tiene posición aislada. De sus columnas y arquitrabes pendían en la Edad Media cortinas preciosas, que siempre ocultaban por completo de la vista del
pueblo el altar y los celebrantes, práctica seguida en las
iglesias de Oriente por medio del iconóstasis, cuyas
puertas se cierran en el acto más solemne de la celebración.