Durante esos días, la Basílica permanece abierta durante toda la
noche, se celebran diferentes misas y, en la mañana, diversos actos tienen lugar. Lo primero con lo que nos encontramos al entrar en la Basílica es con la conocida como Sala de las Velas, donde los fieles prenden una o varias velas como muestra de devoción o a fin de realizar un pedido específico. La
Virgen de la
Candelaria se encuentra situada en un Camarín justo detrás del
altar, presidiendo, a su vez, las diferentes misas y la Basílica. Se puede acceder a ella una vez finalizada la misa, siendo
costumbre entre los fieles besar el
manto que la cubre. Encontraremos también diferentes
capillas, como la
Capilla de Sagrario o la Capilla del
Cristo de la Reconciliación. La primera, al lado de la sacristía, es una representación de la Última Cena de Jesús junto a sus apóstoles; la segunda, es una de las joyas del templo, lugar de penitencia de la Basílica, pues representa a Jesucristo en la
Cruz.