Al finalizar el siglo XIV, por tanto unos cien años antes de que se produjera la conquista de
Tenerife, apareció en las costas del
valle de
Güímar una talla
gótica de la
Virgen de
Candelaria, imagen a la que los guanches rindieron culto con el nombre de Chaxiraxi. Desde el año 1526 la imagen permaneció en el
santuario que se construyó bajo las órdenes del segundo Adelantado, Pedro Fernández de
Lugo. Esta primitiva imagen desapareció a causa de un aluvión en 1826, la talla actual es obra del tinerfeño Fernando Estévez, quien la realizó en 1827. La basílica es obra del arquitecto Enrique Marrero Regalado, edificada en 1959 gracias a la iniciativa del obispo de Tenerife, Domingo Pérez
Cáceres, natural de Güímar. De estilo regionalista, se estructura en tres naves, con techumbre que imita el estilo mudéjar y una
cúpula de 25 metros de altura coronando su crucero.