La Basílica de
Candelaria conserva las reliquias de los
santos mártires
San Restituto y
Santa Restituta, que fueron depositados por el Nuncio del Papa en
España con motivo de la consagración del
santuario. El 7 de noviembre de 1826, la imagen de la
virgen desaparece en medio un fuerte temporal de
lluvia y viento, por lo que los frailes dominicos encargaron una nueva talla al
escultor Fernando Estévez. En 1830 fue bendecida esta imagen. La
tradición que narra el hallazgo nos informa de los acontecimientos donde la imagen fue llevada a la
cueva del Mencey Acaymo y que posteriormente los propios guanches la trasladaron a la Cueva de Achbinico situada junto al
mar, siendo este su primer santuario y el primer santuario cristiano de
Canarias.