En 1596, el rey Felipe III se declaró protector y patrono de la
Virgen de
Candelaria, cargo que mantuvieron sus sucesores. El monarca, tras subir al trono, se declaró patrono del
Convento Real de Nuestra Señora de la Candelaria, de ahí el rango que lleva el
santuario desde entonces. Por lo tanto es también el primer Santuario de
Canarias en recibir el título de "Real", siguiéndole después en
Tenerife el Real Santuario del
Cristo de La
Laguna en 1906. El 24 de enero de 2011, el templo fué elevado a la dignidad de basílica menor por el Papa Benedicto XVI. Aunque no se hizo oficial hasta el 2 de febrero del mismo año coincidiendo con la Festividad de la Virgen de Candelaria y siendo Obispo de la Diócesis, Monseñor Bernardo Álvarez. Por lo tanto se convierte en el cuarto templo canario en recibir esta distinción y el primero de la Diócesis Nivariense. Con la concesión del título a la Basílica de Candelaria le corresponden unos "derechos y concesiones litúrgicas", además de méritos para alcanzar la indulgencia plenaria: confesar, comulgar, rezar el padrenuestro y el credo, así como orar por las intenciones del Papa.