El viejo
faro de Abona, que emitió sus primeros destellos (tres cada 20 segundos es su característica) en enero de 1902, tenía su foco luminoso situado apenas a 6,5 metros del suelo. En agosto de 1978 fue sustituido por otra instalación en una
torre de hormigón que elevó su foco luminoso a los 39 metros de altitud donde se encuentra en la actualidad, funcionando de modo automático. Allí acude el personal de la Autoridad Portuaria de
Santa Cruz de
Tenerife cada poco tiempo a realizar labores de mantenimiento
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