Junto al
mar encontramos una fortaleza defensiva conocida como
castillo de
San Miguel, mandado a construir en el siglo XVI por Felipe II con la intención de proteger este
puerto comercial del ataque de piratas. Levantado sobre plante cuadrada, posee muros de sillería gruesos rematados con almenas como corresponde a su función defensiva. Sobre su
puerta principal podemos ver los
escudos heráldicos de Emperador Carlos I de
España y V de
Alemania. Tras la erupción del Arenas Negras y la consecuente desaparición del puerto, el castillo de San Miguel quedó inservible. Ahora, corona los charcos de El Caletón, un espacio lúdico para bañarse. Las coladas de lava realizaron caprichosas formas sobre el
agua que ahora hacen las veces de
piscinas naturales, a las cuales se les han puesto
escaleras y zonas pavimentadas para poder tumbarse con la toalla. Los más pequeños lo pasarán en grande aquí.