En 1706, la
naturaleza tomo acto de presencia arrebatando cruelmente todas las riquezas de
Garachico, la erupción de un volcán destruyó su
puerto arrojando
ríos de lava que se extendieron a través de la ciudad destruyendo la gallina de los huevos de oro, "el puerto". Los buques buscaron atraques en otros lugares de la isla, en
Santa Cruz y Puerto de la Cruz, terminando así con la hegemonía del puerto de Garachico. Pero la lava no fue el único problema que tuvo esta ciudad, también sufrieron plagas de langostas, brotes de enfermedades, incendios e inundaciones. Sin duda un
pueblo con una
historia sacada de las páginas del Antiguo Testamento. Garachico, cuyo Roque es el símbolo de esta Villa, fue el puerto más importante de
Tenerife en los siglos XVI y XVII. En él se embarcaron los famosos vinos de la comarca. Consecuencia de su riqueza, son los
conventos,
iglesias y
palacios. Destaca el viejo
Castillo de
San Miguel, Bien de Interés Cultural, junto a las originales
piscinas naturales del Caletón.