Pero el
pueblo de
Garachico se sobrepuso a tantas desgracias y a pesar de perder su condición del
puerto más importante de
Tenerife, fue uno de los
pueblos que mejor se conservaron y prosperaron en Tenerife. Garachico destaca como las
flores de los
almendros en medio de un
mar de
cactus. La lava que se llevó su puerto ha transformado su entorno en atractivas e inusuales
piscinas de
rocas, una característica que atrae a hordas de visitantes que exploran además su
plaza de la Libertad, sin duda una de las
plazas más pintorescas de las Islas
Canarias. En los
restaurantes de alrededor podrás disfrutar de de los pescados más frescos elaborados de modo tradicional y acompañados por las famosas papas con mojo. Si decides explorar sus antiguas
calles, descubrirás antiguos
conventos,
monasterios,
edificios coloniales y peculiaridades históricas. Al caer la
noche, este lugar se convierte en un pueblo de ensueño, excepto cuando hay una
fiesta o un festival. No es la primera vez que se ha visto bandas de rock romper guitarras en el escenario y arrastrar
carros de bueyes por las calles durante las
romerías. Pero el acto mas espectacular son "los fuegos del Risco", cada cinco años (la próxima es 2015), los lugareños tiran bolas de fuego por los
acantilados siguiendo el
camino que la lava tomó en 1706. Garachico no llora la erupción que destruyó su fortuna, si no que la celebra. Supongo que es por eso, que el lema de la ciudad es, 'Glorioso en la adversidad “.