Este gran complejo conventual, situado en el centro neurálgico de
Garachico y rodeado de algunos de los inmuebles civiles más representativos del casco urbano -La
Casa de los Marqueses de Adeje y la Quinta Roja-, tiene sus orígenes en fecha temprana, debido a la cesión por parte de Cristóbal de Ponte a la orden franciscana de unos terrenos de su propiedad donde se levantaba una
ermita consagrada a Nuestra Señora de los Ángeles. Su organización responde a los esquemas propios de la
arquitectura conventual de las islas, elevándose sobre un alto podio al que se accede por medio de una escalinata. En 1524 Cristóbal de Ponte decide fundar un
convento de la orden franciscana -el tercero en la isla-, existiendo originalmente en dicho lugar una ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, de 1502, levantada por él mismo, aunque no están claras las circunstancias que rodean a las características y devenir de este inmueble. Lo patrocina (con el fin de utilizarlo como panteón familiar), lo financia, cede la tierra y el
agua para su construcción, siendo uno de los
conventos más grandes de
Canarias y el más antiguo de los cinco conventos de Garachico.