El
edificio fue reconstruido con relativa celeridad. Se aprovecharon restos, tramos de pared y cantería de la
fábrica anterior. En el plano de la ciudad levantado por el ingeniero
militar Antonio Riviere (1741) ya aparece con su configuración actual de doble
claustro e
iglesia adosada hacia el costado norte. Con la desamortización, el
convento fue cedido al
Ayuntamiento en 1822, acogiendo las
Casas Consistoriales, la cárcel pública y una
escuela de Instrucción Primaria, entrando en una fase de deterioro considerable. En 1980 se restaura y se convierte en
Casa de la Cultura. Posteriormente, se implantó en el edificio, con escaso éxito, un
Museo de Ciencias Naturales, ya en desuso. Alguna de sus salas se utiliza en la actualidad para albergar
exposiciones temporales. La
biblioteca, incluida por el Cabildo en el Plan Insular de
Bibliotecas, se ha realojado en una sala de mayores dimensiones dentro del propio recinto. En otra dependencia contigua, en la planta alta, tiene su sede el Archivo Municipal. Una de las salas de la galería baja, igualmente amplia, es utilizada como sala de conferencias y proyecciones ocasionales.