En 1991 el investigador noruego Thor Heyerdahl estudió las pirámides y según su teoría no pueden ser amontonamientos casuales de piedras. Por ejemplo, las piedras en las esquinas de las pirámides están claramente talladas y el suelo ha sido nivelado antes de la construcción de las pirámides, además todas las pirámides cuentan con una escalera, que al ascenderla, nos orienta al sol naciente. El material usado para la construcción de las mismas, no son piedras de campos cercanos, sino rocas de lava.
A pesar de sus investigaciones, Heyerdahl no pudo descubrir la edad de las pirámides ni contestar a la pregunta de quien las construyó, pero defiende que fueron construidas como templo de adoración al sol, por antiguas civilizaciones en años anteriores al descubrimiento. Hasta la conquista española a finales del siglo XV, Güímar fue la residencia de uno de los diez menceyes (reyes) de Tenerife.
Heyerdahl propuso la teoría de que las islas Canarias habrían servido de base para un supuesto movimiento de barcos entre América y el Mediterráneo. La ruta más rápida de hecho pasa por las islas Canarias, que también fue usada por Cristóbal Colón. En 1970, Heyerdahl demostró que era posible navegar entre África del Norte y el Caribe con métodos antiguos; navegó de Marruecos a Barbados en el barco de papiro Ra II.
La mayoría de los arqueólogos defienden que las pirámides fueron construidas por agricultores que habían sacado las rocas hacia los bordes de sus campos de cultivo, tal como se hacía comúnmente en otras zonas de las Islas Canarias; tales construcciones son llamadas paredones, molleros o majanos en el mundo rural. Del mismo modo muchos habitantes de la propia localidad de Güímar atribuyen esa misma función a estas estructuras.
Por otro lado, no se han hallado pruebas que demuestren que estas pirámides hayan sido construidas por los guanches; de hecho, hay pruebas arqueológicas que dan a tales construcciones una antigüedad no superior a los 200 años.
Tampoco se ha demostrado que en la antigüedad hubieran tenido lugar viajes de pueblos mediterráneos a América como los que defiende Heyerdahl. De hecho tales teorías son rechazadas por la práctica totalidad de los historiadores.
Muchos de estos arqueólogos denuncian que las Pirámides de Güímar son un mero reclamo turístico y que todas estas teorías carecen de fundamento histórico.
A pesar de sus investigaciones, Heyerdahl no pudo descubrir la edad de las pirámides ni contestar a la pregunta de quien las construyó, pero defiende que fueron construidas como templo de adoración al sol, por antiguas civilizaciones en años anteriores al descubrimiento. Hasta la conquista española a finales del siglo XV, Güímar fue la residencia de uno de los diez menceyes (reyes) de Tenerife.
Heyerdahl propuso la teoría de que las islas Canarias habrían servido de base para un supuesto movimiento de barcos entre América y el Mediterráneo. La ruta más rápida de hecho pasa por las islas Canarias, que también fue usada por Cristóbal Colón. En 1970, Heyerdahl demostró que era posible navegar entre África del Norte y el Caribe con métodos antiguos; navegó de Marruecos a Barbados en el barco de papiro Ra II.
La mayoría de los arqueólogos defienden que las pirámides fueron construidas por agricultores que habían sacado las rocas hacia los bordes de sus campos de cultivo, tal como se hacía comúnmente en otras zonas de las Islas Canarias; tales construcciones son llamadas paredones, molleros o majanos en el mundo rural. Del mismo modo muchos habitantes de la propia localidad de Güímar atribuyen esa misma función a estas estructuras.
Por otro lado, no se han hallado pruebas que demuestren que estas pirámides hayan sido construidas por los guanches; de hecho, hay pruebas arqueológicas que dan a tales construcciones una antigüedad no superior a los 200 años.
Tampoco se ha demostrado que en la antigüedad hubieran tenido lugar viajes de pueblos mediterráneos a América como los que defiende Heyerdahl. De hecho tales teorías son rechazadas por la práctica totalidad de los historiadores.
Muchos de estos arqueólogos denuncian que las Pirámides de Güímar son un mero reclamo turístico y que todas estas teorías carecen de fundamento histórico.