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GUIMAR: El Barranco de Badajoz fue durante el invierno la residencia,...

El Barranco de Badajoz fue durante el invierno la residencia, primero del Mencey (Rey) de Güímar Acaimo, y después de su hijo, también Mencey de Güímar, Añaterve el bueno. Según se cree habitaron en la cueva del Cañizo.

Años antes de la conquista un grupo de franciscanos había comenzado a predicar el evangelio por la isla de Tenerife, hecho que facilitó mucho las cosas a los conquistadores. Fue debido a esta evangelización la que impulsó al Mencey Añaterve a hacer un pacto de amistad con el que iba a ser su futuro conquistador, Alfonso Fernández de Lugo (pacto por el cual, según cuenta la leyenda, arrepentido de haber hecho, se suicidaría más tarde el Mencey Añaterve arrojándose desde la denominada Fuga de los Cuatro Reales). Este pacto provocó que muchos guanches llegasen a considerar a su Rey como traidor de su propio pueblo, por lo que muchos de ellos decidieron marchar a ocultarse a las zonas más altas del Valle de Güímar. El Barranco de Badajoz supuso para estos guanches (nativos de Tenerife) un auténtico refugio. Los manantiales que corrían por el Barranco les proveían de agua más que suficiente; La abundante vegetación entre la que se contaban árboles frutales, de alimento; y su abrupta y escarpada geografía, sumado a la abundancia de cuevas, les ofrecía escondite y alojamiento. Hasta bien entrado el siglo XVIII algunos guanches vivieron allí dedicándose principalmente al pastoreo por lo que pasaron de ser conocidos como guanches a ser conocidos como cabreros.

Origen del nombre del Barranco de Badajoz

La isla de Tenerife fue la última de las Islas Canarias en ser conquistada y finalmente incorporada a la corona de Castilla en 1496. Fue al Adelantado Alfonso Fernández de Lugo a quien los Reyes Católicos encomendaron esta empresa.

Una vez terminada la conquista y de acuerdo con la Real Célula de los Reyes Católicos (de 5 de noviembre de 1496 que permite el reparto de tierras, aguas, cuevas y demás bienes conquistados), se conceden datas (documentos de concesión de propiedad que estaban firmados por don Alfonso) a los colaboradores en la conquista de Fernández de Lugo. Es de está manera como en el año 1497 se le concede una data en el Barranco de Chamoco a Juan de Badajoz quien había sido colaborador del Adelantado y además jurado en el repartimiento de datas. A partir de este momento es cuando el Barranco de Chamoco pasa a llamarse Barranco de Badajoz.