PAPIROS: 5.000 AÑOS DE HISTORIA.
Posiblemente nunca haya oído hablar del "Papiro" predecesor del papel en varios siglos. Hace ya 5.000 años, los antiguos egipcios, usaron las fibras de esta planta, para transmitir a través de signos y dibujos, sus costumbres e historia. Es tal su consistencia, que los años no lo deterioran, permitiendo que los colores que soporta se mantengan frescos con el paso del tiempo, lo que ha hecho posible que aquellos que han llegado a nuestros días conserven todas sus cualidades originales.
Pero antes de seguir realzando las maravillosas cualidades de esta planta hagamos una breve descripción de ella. Papiro, del latín Papyrus y del griego Papyros, planta herbácea, vivaz, de la familia de las ciperáceas, de rizoma carnoso, sus hojas son largas y estrechas, de composición radical, la caña puede alcanzar los tres metros de altura, estrechándose de 10 cm. en su base a 1 cm en la parte superior por lo que presenta una forma cónica en su longitud, al seccionar el tallo, dando una forma triangular con los vértices redondeados, sus tiras darán origen a la fibra de papiro. Estas plantas nacen en las orillas de los ríos de Africa y Asia Menor si, bien existen cultivos en la Península Itálica y en Sicilia. Necesita gran cantidad de agua, y su crecimiento es muy costoso, por ello resulta muy difícil conseguir tiras de fibra de gran longitud, lo que repercute a la hora de valorar la materia escriptoria cuando es superior a 80 cm.
Los papiros fueron utilizados por la civilización egipcia 3.000 años antes de J. C., aunque también hicieron uso de ellos las civilizaciones occidentales, hasta el descubrimiento del papel. En documentos notariales y cancillerescos se usó hasta el siglo VII y la Cancillería Pontificia hasta el siglo XI Catalunya fue el principal foco en la Península Ibérica.
Existen preciosos ejemplares de todas las épocas, siendo el más conocido el "LIBRO DE LOS MUERTOS" que se conserva en el Museo Británico de Londres. También la ciudad de VIC alberga una magnífica colección de papiros.
Sería interminable hacer una reseña de todos ellos, y de la historia que contienen y nos transmiten, por ello vamos a ceñirnos a los papiros actuales, su fabricación y aplicaciones.
Durante siglos la fórmula para fabricar el material escritorio permaneció en el olvido, hasta que un profesor alemán recuperó el sistema para unir las tiras extraídas del llamado "Junco del Nilo".
La técnica consiste en, una vez extraídas las tiras longitudinales, de la forma anteriormente descrita, se ponen en remojo durante un determinado número de horas, cambiando sucesivas veces el agua, con ello la fibra pierde una parte de su con tenido en azúcar.
El tiempo que debe permanecer la fibra en remojo es un secreto celosamente guardado por los artesanos.
Una vez remojadas se machacan a golpes de maza de madera, y se escurren con un rodillo, a continuación son colocadas de forma paralela y perpendicular formando un cuadro, que será sometido a presión, para que el azúcar que aun queda en la fibra una las tiras y las solidifique.
Una vez conseguido el papel soporte, los artesanos a la usanza de sus antepasados - y con técnicas similares pintan a mano los motivos más espectaculares de la decoración de las tumbas faraónicas, de los templos de los Dioses, o de las costumbres de Egipto.
Durante unos días vamos a tener la oportunidad de contemplar una muestra de esta artesanía contemporánea, con una solera de miles de años.
A través del hechizo de sus pinturas, de línea simple, nada ostentosa, conoceremos la historia de un pueblo que vivió hace 5.000 años y que aun, al menos en la realización de papiros, conserva sus tradiciones vivas.
José Mª Sallan Mur
Posiblemente nunca haya oído hablar del "Papiro" predecesor del papel en varios siglos. Hace ya 5.000 años, los antiguos egipcios, usaron las fibras de esta planta, para transmitir a través de signos y dibujos, sus costumbres e historia. Es tal su consistencia, que los años no lo deterioran, permitiendo que los colores que soporta se mantengan frescos con el paso del tiempo, lo que ha hecho posible que aquellos que han llegado a nuestros días conserven todas sus cualidades originales.
Pero antes de seguir realzando las maravillosas cualidades de esta planta hagamos una breve descripción de ella. Papiro, del latín Papyrus y del griego Papyros, planta herbácea, vivaz, de la familia de las ciperáceas, de rizoma carnoso, sus hojas son largas y estrechas, de composición radical, la caña puede alcanzar los tres metros de altura, estrechándose de 10 cm. en su base a 1 cm en la parte superior por lo que presenta una forma cónica en su longitud, al seccionar el tallo, dando una forma triangular con los vértices redondeados, sus tiras darán origen a la fibra de papiro. Estas plantas nacen en las orillas de los ríos de Africa y Asia Menor si, bien existen cultivos en la Península Itálica y en Sicilia. Necesita gran cantidad de agua, y su crecimiento es muy costoso, por ello resulta muy difícil conseguir tiras de fibra de gran longitud, lo que repercute a la hora de valorar la materia escriptoria cuando es superior a 80 cm.
Los papiros fueron utilizados por la civilización egipcia 3.000 años antes de J. C., aunque también hicieron uso de ellos las civilizaciones occidentales, hasta el descubrimiento del papel. En documentos notariales y cancillerescos se usó hasta el siglo VII y la Cancillería Pontificia hasta el siglo XI Catalunya fue el principal foco en la Península Ibérica.
Existen preciosos ejemplares de todas las épocas, siendo el más conocido el "LIBRO DE LOS MUERTOS" que se conserva en el Museo Británico de Londres. También la ciudad de VIC alberga una magnífica colección de papiros.
Sería interminable hacer una reseña de todos ellos, y de la historia que contienen y nos transmiten, por ello vamos a ceñirnos a los papiros actuales, su fabricación y aplicaciones.
Durante siglos la fórmula para fabricar el material escritorio permaneció en el olvido, hasta que un profesor alemán recuperó el sistema para unir las tiras extraídas del llamado "Junco del Nilo".
La técnica consiste en, una vez extraídas las tiras longitudinales, de la forma anteriormente descrita, se ponen en remojo durante un determinado número de horas, cambiando sucesivas veces el agua, con ello la fibra pierde una parte de su con tenido en azúcar.
El tiempo que debe permanecer la fibra en remojo es un secreto celosamente guardado por los artesanos.
Una vez remojadas se machacan a golpes de maza de madera, y se escurren con un rodillo, a continuación son colocadas de forma paralela y perpendicular formando un cuadro, que será sometido a presión, para que el azúcar que aun queda en la fibra una las tiras y las solidifique.
Una vez conseguido el papel soporte, los artesanos a la usanza de sus antepasados - y con técnicas similares pintan a mano los motivos más espectaculares de la decoración de las tumbas faraónicas, de los templos de los Dioses, o de las costumbres de Egipto.
Durante unos días vamos a tener la oportunidad de contemplar una muestra de esta artesanía contemporánea, con una solera de miles de años.
A través del hechizo de sus pinturas, de línea simple, nada ostentosa, conoceremos la historia de un pueblo que vivió hace 5.000 años y que aun, al menos en la realización de papiros, conserva sus tradiciones vivas.
José Mª Sallan Mur