Hacia 1570, se reconstruyó en un hermoso templo de tres naves por el maestro de cantería Miguel Antúnez. A las tres naves principales se añaden dos naves con
capillas laterales, separadas todas ellas por
columnas y
arcos de medio punto. Prevalece en su estructura la línea de inspiración mudéjar, aunque con elementos sobresalientes de otros estilos, como la
portada renacentista ("El acceso principal es por el lado de la epístola (aunque primitivamente la tuvo a los pies). La Portada principal labrada en
piedra, es anónima y data en el último tercio del siglo XVI. Se trata de una
puerta manierista. El vano es el
arco de medio punto, jambas y rosca del arco con almohadillado apretado, destacando en la clave, una enorme ménsula, la más desarrollada en la
arquitectura de las islas; vista desde abajo toma forma monstruosa (tan del gusto manierista). La puerta es flanqueada por dos columnas sobre pedestal y basa ática, fuste estriado, con medias cañas y
capitel toscano, el entablamento se divide en arquitrabe, con gotas, friso con tríglifos y metopas (sin decoración), salvo en la vertical de la ménsula, donde aparece la cabeza de un querubín curvilíneo".