Sin embargo, si afirma rotundamente que << lo policromó Juan Ixcroft (o Escrote) >>, el cual << hallándose en el trabajo del
retablo mayor de Icod murió, y concluyó la obra su hijo Jorge, también pintor >>. Por ello, si Juan Escrote comenzó el policromado de este de Icod - según afirma don Pedro Tarquis, aunque no nos indica documentación, tenía que haber estado realizado, cuando menos, ya avanzada la segunda mitad del siglo XVII o iniciado su tercer cuarto. Pudiera ser. No obstante, nosotros estamos más de parte de la fecha de finales de la centuria, por la bellísima perfección de la traza, por la traza, por la delicadeza y finura de la talla, por lo acabado y maravilloso del dorado y policromado, y porque asimismo lo acepta la opinión mayoritaria, en tanto no puedan aportarse los documentos fehacientes al respeto. Por otro lado, al incluirlo como colofón al apartado que venimos tratando, no es porque lo consideramos consecuencia de la forma de hacer propia del Maestro Álvarez, a quien supera con mucho este retablo, sino más bien por la razón del tipo de
columnas, de molduración helicoidal, que en los suyos hallándose y que nos han dado pie para la organización de esta parte de nuestro trabajo. En alguna ocasión se lo ha descrito como de tres cuerpos. Se le suele considerar más bien de dos, porque opinamos que el llamado tercero corresponde más bien a un ático tripartito. Extraordinariamente en su perfecta y equilibrada división en cinco
calles (como los desaparecidos
retablos de
Garachico y Buenavista, solo que el de Icod los supera en armonía).