Su desarrollo ocupa totalmente el testero de la
capilla mayor, a lo ancho y lo alto. Las
calles quedan exactamente defenidas por la estructura exástila, algo más ancha la central, mientras que el canon de las
columnas disminuye en el segundo cuerpo con respecto al primero en 1/4, y lo mismo el ático con respecto al segundo. Cada uno de los nichos se cierra con
arco polilobulado con un cierto arco de curvada guardamelleta, conteniendo además en su interior todo un repertorio de las más bellas y valiosas imágenes de nuestra estatuario, como el
San Diego de Alcalá, de autor anónimo de la
escuela madrileña (1710), algunos especialistas atribuyen esta obra maestra al granadino Pedro de Mena, aunque también hay que destacar la atribución hecha por la Dr. Carmen Fraga González a Luisa Roldán "la Roldana", algunos especialistas consideran como una de las mejores obras de la
escultura española de todos los tiempos;