El crecimiento demográfico nos puede ayudar a entender la evolución social y económica de Icode en una centuria de crecimiento. En 1676 ya contaba con una población de 3006 habitantes, lo que lo convertía en la tercera localidad de la isla, superada ya sólo levemente por
Garachico, que contaba con 3025, La Orotava (5782) y La
Laguna (6683). Nuñez de la Peña diría en 1678 que “puedes ser villa, por ser tan grande, con gente en su jurisdicción de todos
frutos, de vinos de malvasía, trigo, centeno y otras semillas, lábrase mucha seda”. Dice que cuenta con la buena
parroquia con dos beneficiados y buenos capellanes, y que sus vecinos son amantes de la
música, que “todo los de este lugar son más a ella que otros, y los más tienen buenas voces”. También constata que se conocían entre sí por sus apodos más que por sus apellidos. Por esa fechas ya albergaba dos comunidades regulares, los franciscanos y agustinos, y un
monasterio de monjas bernardas.