Numerosos icodenses emigraron a las Indias, en su gran mayoría a
Cuba y
Venezuela, pero también al Yucatán mejicano y a
santo Domingo. Enviaron remesas y objetos de
arte para ayudar a sus
familias y mostrar su devoción a su
pueblo natal. Algunos retornaron e hicieron negocios allí, invirtiendo sus ganancias en la localidad, bien en la mejora de la
agricultura, la construcción de
casas o para demostrar su riqueza y lustre ante sus conciudadanos. Fue el caso de Marcos
Torres, regidor perpetuo de la isla, residente muchos años en Campeche e importante comerciante con Indias que en 1758 erigió la
ermita de Nuestra Señora de las Angustias. Un pariente suyo obtuvo en 1766 escritura de dotación de la de Nuestra Señora del Tránsito. Finalmente en los anejos del
convento franciscano Gabriel Hurtado de Mendoza, Isabel Domínguez y su hijo Fernando, que llegaría a ser regidor en el cabildo de la
Laguna acometieron la de la
capilla de Nuestra Señora de los Dolores, cuya capellanía data de 1770.