La
Casa del
ermitaño es la supuesta vivienda que ocupó el fundador de la ermita, Pedro de la
Cruz, aunque modificada, al menos, en el siglo XVIII, erigiéndose como uno de los mejores y más antiguos ejemplos de
arquitectura rural en
Icod de los Vinos. Dispone de planta rectangular con cubierta a cuatro
aguas de teja árabe. La planta baja aparece reforzada por tres pies derechos con sus zapatas embutidos en el muro y se destinaba a
bodega, con
puerta de madera al
camino y un ventanuco con barrotes rectos de madera. El acceso a la casa se realiza desde la media naranja, mediante una puerta sobre dos escalones. Se pasa a un corredor, que comunica con dos pequeñas habitaciones, y sus respectivas
ventanas con hojas de madera lisas. Al fondo del pasillo se encuentra la cocina con su
tejado individualizado, con ventanillo de barrotes orientado hacia la puerta de la sacristía. Bajo la cocina existe otra bodega con puerta hacia el camino. Una zapata es un tipo de cimentación superficial, que puede ser empleada en terrenos razonablemente homogéneos y de resistencias a comprensiones medias o altas. Consisten en un ancho prisma de hormigón (concreto) situado bajo los pilares de la estructura. Su función es transmitir al terreno las tensiones a que está sometida el resto de la estructura y anclarla.