Nada de extraño tiene que con tan
felices auspicios erigida esta
ermita y con tan elevadas mercedes recomendado el culto de su imagen, adquiriera éste la popularidad alcanzada, atrayendo siempre la festividad del 5 de Agosto abundante concurrencia de fieles que acuden anualmente en devota
romería de todos los
pueblos de la isla. Muchas y sabrosas leyendas y religiosas
tradiciones se conservan en la memoria de los vecinos del
barrio del Amparo acerca de la venerable imagen. En todas las calamidades públicas y en todas las tristezas y amarguras es invocado su auxilio por los hijos de Icod y cuando, eternos argonautas, regresan al suelo patrio después de la ruda lucha por la vida en el pródigo solar indiano, ricas ofrendas son depositadas en el
altar de la
Virgen y las sentidas oraciones animan las
bóvedas del templo levantado por la fe y la piedad del místico icodense Fr. Pedro de la
Cruz. (…)”En otra versión de la misma
historia, con alguna que otra notable variación, resulta que en consta que en el siglo XVI un descendiente de Diego de
León, uno de los fundadores de Icod, llamado Pedro de la Cruz, construyó una
casa en medio de sus tierras en
El Amparo. En la parte trasera de dicha casa construyó una pequeña
capilla de oración.