Arautapala o Araotava era el nombre aborigen para designar este precioso lugar que formó parte del reino guanche de Taoro. Cuenta la
tradición que su famoso caudillo Bencomo vivió en dos
cuevas contiguas en el Barranco del
Pino.
No se sabe con claridad de dónde proviene el nombre de la población, pero la gran mayoría de investigadores sostienen que podría deberse a la situación de ésta en la época de los guanches, que llamaban a la zona Arautaba.
Los guanches habitaban principalmente en las zonas costeras y en la inmediaciones de los barrancos más grandes y las laderas del
Valle. En estos lugares encontraban fácilmente los alimentos y medios para su subsistencia. Para los guanches el actual pico más alto de
España (el Teide) situado en este actual municipio era un lugar de culto aborigen.
Finalizada la conquista del lugar, el Adelantado procedió al reparto de tierras, reservándose para sí una buena parte. Cuando en mayo de 1506 Ortiz de Zárate llega a
La Orotava, no había aún un verdadero poblado: sólo
casas diseminadas; comenzó a entregar parcelas a los vecinos para que edificaran sus casas, mientras que el regidor Diego de Mesa se encargó de señalar las
calles; con una modesta
capilla y su alcalde pedáneo dependiente de La
Laguna, se fundó así esta villa, que luego se fue extendiendo hacia el sur, a la Villa de Arriba o
barrio del Farrobo.
Pronto habitan aquí las
familias más destacadas y se comienza la edificación de templos (La Concepción),
conventos (
San Lorenzo, San Benito y San José) y
edificios civiles.
En 1648 consigue de Felipe IV ser Villa exenta, con alcalde propio independiente de La Laguna. Y en 1681 la
iglesia de San Juan del Farrobo se erige en
parroquia, segregándose de La Concepción.
En los comienzos de este siglo, Alfonso XIII le concede, junto con la aprobación de su
escudo, el titulo de Muy Noble y Leal Villa.