Si partimos de que cuenta con el casco histórico mejor conservado de
Tenerife, comprenderás que la oferta de lugares de interés es bastante amplia. Pero no temas mi pequeño saltamontes, voy a ponerte las cosas fáciles. En primer lugar, relájate, tienes tiempo y aquí las cosas se hacen pausadamente. En segundo lugar, camina y observa. Todas las
calles del centro de la villa tienen algo super especial y mucho misterio. El aire tan distinguido que se respira por estos parajes, se lo debe a las
familias más adineradas de la isla que se asentaron en
la Orotava. De ahí la existencia de tantas
casas señoriales que muestran la esencia de la villa. De entre todas ellas destacan tres: la
casa de
artesanía de Eladia Machado donde se elaboran productos tan típicos como las alfombras de arena o los
bordados canarios. La Casa Lercaro,
monumento histórico del S. XVI, transformado en un modélico
restaurante con dos
patios interiores y unas magníficas vistas al Teide. Y la casa de los
Balcones, que muestra la maestría artesana canaria en su gran
balcón de madera. Además, cuenta con un hermoso
patio interior repleto de plantas propias de la isla.