EL
JARDÍN DE LA QUINTA ROJA DE
LA OROTAVA. De Nicolás González Lemus: En el Jardín del Marqués de la Candia, inmediatamente por encima, estaba el
castaño, plantado por los conquistadores españoles en 1493 y cuya anchura era de unos 8 metros aproximadamente. El de Lorenzo Machado, situado en la
casa de la
calle Cólogan, siendo cuidadosamente atendido por su viuda Doña Balbina Benítez de
Lugo y sus hijas mayores. El jardín de la
familia Monteverde, quizás, el menos visitado por los viajeros, aunque entre su rica vegetación sobresalían las admirables
flores rojas de las "crestas de gallos" y "madroños", enormes helechos australianos, Alsophila Australis, etc. Y por último estaba el jardín de la Marquesa de la Quinta Roja, mandado a construir por Sebastiana del
Castillo Manrique de Lara, objeto de estudio en este trabajo. Era característico de los
jardines encontrar, junto a la rica vegetación endémica de
Canarias, abundantes plantas de autoconsumo, plantadas después de la caída de la cochinilla, como cafetales, aguacateros, limoneros, etc., así como gran abundancia de naranjos para su comercialización. Sin embargo, eso no impedía que fuesen calificados por el director adjunto de los Royal Cardens de Kew, el botánico Daniel Morris cuando los visitó en 1893, en su informe leído el 14 de Mayo de 1895 en la Royal Horticultura! Society, como tan interesantes como el Jardín Botánico del
Puerto de la Cruz.