El núcleo poblacional de
La Orotava fue creciendo hacia el sur, hacia los terrenos menos aptos para el cultivo, en torno a lo que en la actualidad se conoce como Villa Arriba o
barrio del Farrobo. Allí se establecieron el campesinado y los artesanos, quienes desarrollaron un urbanismo contrapuesto al de la Villa de Abajo, por medio de edificaciones modestas, pero de igual valor patrimonial, como son las
casas terreras. Los hitos religiosos de la Villa de Arriba serán la
ermita de
Santa Catalina, levantada a finales del siglo XVI, y la de Candelaria del Lomo, edificada en las postrimerías del XVII. Sin embargo, el epicentro religioso de la zona queda determinado por la conversión en
parroquia de la primitiva ermita de
San Juan Bautista en 1681, un hecho de vital importancia para la consolidación de la sociedad trabajadora y de las clases populares de la localidad.