Dos clases de vinos, considerados como los de mejor calidad, se cosechaban fundamentalmente en el
Valle de
La Orotava y en el noroeste de
Tenerife (Buenavista,
San Juan de la Rambla y la comarca de Daute): el malvasía y el canary sack. Los adquirían los mercaderes holandeses e ingleses y los exportaban a Europa, fundamentalmente a Inglaterra, el principal consumidor, desde los
puertos de Garachico y el
Puerto de La Orotava, hoy
Puerto de la Cruz, el puerto más importante de la isla y donde residía una pequeña colonia inglesa, además del consulado inglés. Era por aquellos años una de las
puertas del mundo por donde entraba mucha cultura europea de entonces. Es en el siglo XVII cuando la Villa de La Orotava adquiere realmente protagonismo y prosperidad económica como consecuencia de la producción y el
comercio vitivinícola, y asiste a una amplia transformación socioeconómica. Como consecuencia de la riqueza e importancia que adquirió, la élite local consiguió la emancipación de La
Laguna por Real Cédula del Rey Felipe IV el 28 de noviembre de 1648, no sin la ausencia de ciertas tensiones, y el título de villa exenta, única de
Canarias que tiene este título institucional y honorífico otorgado por una orden real.