Este honorable reconocimiento se vería colmado en los umbrales del siglo XX, exactamente el 15 de febrero de 1905, con un nuevo otorgamiento real, el
escudo de armas para
La Orotava, el cual fue acompañado al mismo tiempo con la distinción de "Muy Noble y Leal Villa" por el rey Alfonso XIII. A partir de entonces, contaría con alcaldes mayores o tenientes de corregidores con funciones de alcalde y juez. La nueva situación administrativa y jurídica iba a proporcionar más progreso económico a la Villa. El crecimiento demográfico de la población es consecuencia de ese progreso. El padrón del Obispado de
Canarias correspondiente al año 1675 señala que en la Villa había 1.582
casas y un total de 5.782 habitantes y en su
puerto existía 368 casas y 2,085 habitantes.