¡Hola, perdomeros!
Por casualidad me encuentro esta página, supongo que parte de un
foro... Al que no le encuentro la entrada.
Lo cierto es que leer vuestros comentarios me ha hecho sentir otra vez un poco perdomero. Ahora desde la distancia, pero ahí, en ese encantador
pueblo, con gente encantadora, pasé muy buenos momentos.
Me sumo al reconocimiento de los méritos de Ezequiel, el
escultor, que aquí hace su hija y, sobre todo a la queja por seguir sin ser reconocida como se merece, su labor.
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