Esta talla en madera de cedro de la
escuela del
escultor madrileño Antonio Mezquida, llega a
La Zarza hace menos de una década. Posee la peculiaridad de que tiene los brazos móviles.
El Jueves
Santo procesiona crucificado tras la misa y el Viernes Santo en los cultos de ese día se realiza el descendimiento en el templo de gran emoción para los asistentes.