Lo curioso de todo, es que el observador no tiene manera de saber si se está moviendo o no si no tiene un sistema contra el que compararse. Estamos hablando de
trenes, de hecho, mientras la Tierra se mueve a toda velocidad por la
Vía Láctea, y con ella el universo. La realidad es que ahora mismo, aunque estés leyendo esto sentado o tumbado, estás de todo menos “quieto”.
E = mc2
Para llegar hasta la ecuación hace falta tener en cuenta dos leyes importantes:
Ley de conservación del momento
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