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Carretera sinuosa hasta llegar, MASCA

Masca siempre fue un rinconcito escondido y olvidado, de polvorientos caminos al que la elemental electricidad llegó hace poco y que durante años solo tuvo una vía de comunicación con el exterior, el Camino de los Guanches, que conectaba Masca con Santiago del Teide, quizá debido a este “olvido” es que mantiene su increíble encanto de antaño. Pero ser un rinconcito pequeño no le ha impedido poseer valiosos tesoros como la casa de los Avinculados en el Caserío de Piedra, una pequeñísima iglesia que data del siglo XVIII, también un pequeño pero hermoso y singular museo y un centro de artesanía, que se encuentran asentados en una de las casas del núcleo. Cuenta la leyenda que la historia de este pueblo está íntimamente ligada a los piratas los cuales se escondían en un roque utilizado como santuario aborigen guanche en los que no lejos del caserío se han encontrado restos arqueológicos con grabados rupestres que dan fe de las ofrendas que realizaban los guanches a las entidades divinas que veneraban, siendo de esta manera un lugar sagrado y que es percibido rápidamente por aquellos que se adentran en los senderos que acercan a este paraje, y en el que por su carácter de sitio apartado y solitario los piratas se mantenían ocultos ya que no podían ser vistos desde el mar y donde al parecer mantenían sus tesoros, reparaban sus naves y descansaban entre sus campañas marítimas.
(11 de Julio de 2019)