El Teide era un volcán considerado sagrado desde la antigüedad y que tenía reminiscencias mitológicas, como el monte Olimpo en Grecia. Para los aborígenes guanches este volcán era sagrado y recibía el nombre de «Echeyde» que, después de una castellanización, derivó en el nombre actual, que significaba «infierno».
Según sus creencias en él vivía Guayota, el demonio del mal. Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide, sumiendo ... (ver texto completo)
Según sus creencias en él vivía Guayota, el demonio del mal. Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide, sumiendo ... (ver texto completo)