Puesto que las islas eran conocidas desde la
Antigüedad, el Teide despertó una viva fascinación en el mundo clásico. El escritor e historiador español José de Viera y Clavijo afirmaba que ciertas descripciones de algunos autores clásicos constituían referencias explícitas al Teide. Pone como ejemplo dos relatos del historiador griego Heródoto: «... El Atlante es descollado y como figura cilíndrica. Se afirma que es tan alto que no se puede ver su cumbre por estar cubierto siempre de nubes en el
invierno y en el
verano, y sus habitantes le llaman la
Columna del
Cielo...» El otro relato de Heródoto dice así; «... Hay en aquellos mares un
monte llamado Atlante, el cual es alto, rotundo y tan eminente, que no se puede divisar bien su cumbre...» José de Viera y Clavijo fue un sacerdote católico, historiador, biólogo y escritor español, reconocido como el máximo exponente de la Ilustración canaria. El legendario héroe griego Ulises, navegando hacia el sur, avista «un monte oscuro por la distancia, tan alto como no había visto nunca otro», esta es otra de las referencias que muchos investigadores atribuyen al Teide.