Esta forma de representar al Teide como una
roca elevada fue bastante difundida en los siglos XVI y XVII, y figuró como grabado en la ilustración de algunos de los libros de viajes y geografía más populares de la época, como en el de John Ogilby, África (1670) o el de Oliver Dapper, Nueva descripción de las islas de África (1676), a quién se le atribuye la autoría de uno de los varios modelos que circularon por Holanda, Inglaterra e
Italia. El ingeniero cremonés Leonardo Torriani en su manuscrito del siglo XVI "Descripción de las Islas
Canarias" asegura; «... este famosísimo Pico es célebre por su grandísima altura, que describen los marineros de 440 millas en el
mar, que son 70 leguas en
España; por lo cual se cree que no cede ni al Ararat, ni al Líbano, al Atos y al Olimpo, sino que a todos los rebasa...». Leonardo Torriani fue un ingeniero, arquitecto e historiador, además de geógrafo y cartógrafo
militar.