Edad Contemporánea: En esta época es cuando toma auge el turismo con fines científicos. En enero de 1832 el científico inglés Charles Darwin realizó una expedición para completar los trabajos de hidrografía de Patagonia y Tierra del Fuego y al mismo tiempo, efectuar una serie de medidas cronométricas alrededor del mundo. En su paso por las Islas Canarias, Darwin no pudo desembarcar en Tenerife, pero pudo contemplar el Teide desde las costas de esta isla. Según refirió: «... El pico de Tenerife visto entre las nubes parecía otro mundo. El único inconveniente era nuestro deseo de visitar esta magnífica isla...». La escritora victoriana Olivia Stone, que visitó Canarias en 1883, se refirió al volcán como: «... Se necesita poco esfuerzo para elevarse desde la más gloriosa de las creaciones hasta el creador...»