El
Parque Nacional del Teide es una de las grandes maravillas del mundo, con la ventaja de su fácil acceso y de estar relativamente cerca de los países europeos. Todo el Parque es un extraordinario tesoro geológico en el que los volcanes, cráteres,
chimeneas, coladas de lava y productos diversos, forman un impresionante conjunto de
colores y formas. Las Cañadas del Teide sorprende por su diversidad, inquieta por sus enormes
ríos de lava petrificada e impresiona por sus
rocas derruidas por la erosión y por las colosales dimensiones de este caos mineral. Como contraste, en
primavera ofrece un maravilloso
jardín lleno de
flores y suaves aromas, único en el mundo. La estructura dominante es el Teide, imponente
edificio volcánico que ofrece un aspecto muy distinto según el lugar o la época en que sea observado, deleitando siempre al espectador con sus múltiples caras. A sus pies se extiende un
mar de rocas volcánicas tan recientes, que la erosión no ha tenido tiempo de alterar, conformando un amplio catálogo de formas y materiales volcánicos contenidos en el gran anfiteatro definido por la pared de Las Cañadas.