Los roques de
Tenerife más famosos han acumulado a lo largo del tiempo diferentes materiales volcánicos que, al parecer, pertenecían a un antiguo e inmenso volcán que fue anterior al Teide. Todavía los vulcanólogos siguen investigando para explicar cuál fue el origen de estos roques, debido a su extrañeza y particularidad. Además, sus tonos rojizos otorgan al
paisaje un tono y un decorado como de película de ciencia ficción. Y eso por no citar las curiosas especies de la
flora endémica que se aferran a la
piedra de los roques colonizando este mundo de lava. También es fácil ver entre las
rocas algún lagarto tizón con su peculiar coloración azul.