Echeide o Echeyde es el nombre que daban los aborígenes guanches al Teide. Según transmitieron la mayoría de los cronistas, los guanches concebían a la montaña como el lugar que albergaba las fuerzas del mal, principalmente la figura maligna de Guayota. Incluso otros autores más recientes afirman que el Teide sería para los antiguos canarios una especie de Axis Mundi.
Los numerosos "escondrijos" hallados en la montaña con restos arqueológicos de instrumentos líticos y cerámicos han sido interpretados como depósitos rituales para contrarrestar la influencia de los genios maléficos, práctica recogida también en la Cabilia argelina.
Además, la relevancia e importancia que ha tenido y tiene el volcán radica en que incluso el nombre de la isla se debe al propio Teide. En la antigüedad los romanos denominaban a la isla Nivaria, por la nieve del volcán y, el nombre actual de la isla también guarda relación con el volcán, ya que fue puesto por los benahoaritas (aborígenes de La Palma) y su significado es "monte claro"
Los numerosos "escondrijos" hallados en la montaña con restos arqueológicos de instrumentos líticos y cerámicos han sido interpretados como depósitos rituales para contrarrestar la influencia de los genios maléficos, práctica recogida también en la Cabilia argelina.
Además, la relevancia e importancia que ha tenido y tiene el volcán radica en que incluso el nombre de la isla se debe al propio Teide. En la antigüedad los romanos denominaban a la isla Nivaria, por la nieve del volcán y, el nombre actual de la isla también guarda relación con el volcán, ya que fue puesto por los benahoaritas (aborígenes de La Palma) y su significado es "monte claro"