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PARQUE NACIONAL DEL TEIDE: El Teide era un volcán considerado sagrado desde la...

El Teide era un volcán considerado sagrado desde la antigüedad y que tenía reminiscencias mitológicas, como el monte Olimpo en Grecia. Para los aborígenes guanches este volcán era sagrado y recibía el nombre de «Echeyde» que, después de una castellanización, derivó en el nombre actual, que significaba «infierno».

Según sus creencias en él vivía Guayota, el demonio del mal. Según la leyenda, Guayota secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide, sumiendo a todo el mundo en la oscuridad. Los guanches pidieron clemencia a Achamán, su dios supremo. Tras una encarnizada lucha, Achamán consiguió derrotar a Guayota, sacar a Magec de las entrañas de Echeyde y taponar el cráter con Guayota en su interior. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide.

El Teide se recubrió de un carácter demoníaco en la cosmogonía guanche no solo de la isla de Tenerife, sino del resto del archipiélago. Según el actual escritor Antonio Tejera Gaspar, existen determinadas manifestaciones religiosas en La Gomera, El Hierro, La Palma y Gran Canaria que tienen como referencia al Teide. Por otro lado, algunos de los grabados rupestres conocidos como podomorfos (con forma de pies humanos) hallados en la montaña de Tindaya en la isla de Fuerteventura, están orientados hacia el Teide.

A pesar de las diversas leyendas y supersticiones, los aborígenes guanches convivieron con el Teide y se convirtió en parte inseparable y fundamental de su cultura. El demonio Guayota comparte rasgos similares a otras deidades malignas habitantes de volcanes, tal es el caso de la diosa Pelé de la Mitología hawaiana, que vivía en el volcán Kīlauea y que era considerada por los nativos hawaianos como la responsable de las erupciones del volcán.